Entre sirenas, flores blancas y un profundo silencio, despiden al paramédico Obed Jaír en Navolato

El sonido de las sirenas se mezcló con el murmullo contenido de quienes caminaban detrás del ataúd. Vestidos con sus uniformes de la Cruz Roja, decenas de paramédicos formaron una valla de honor para despedir a Obed Jaír Reyes López, compañero y amigo, quien fue encontrado sin vida este fin de semana tras haber sido reportado como desaparecido.

El homenaje inició dentro de las instalaciones de la Cruz Roja en Navolato, donde familiares, amigos y voluntarios se reunieron en torno al féretro. Frente a él, una mesa adornada con rosas blancas, una fotografía enmarcada y un libro de condolencias. En medio del silencio, algunos pronunciaron palabras breves; otros simplemente dejaron una flor. 

“Vuela alto, querido Obed”, se leía en un mensaje colocado junto a su retrato. “Todos los que tuvimos el honor de conocerte sabemos el gran ser humano que siempre fuiste”.

Tras el acto íntimo, el cortejo fúnebre avanzó por las calles de la ciudad. Lo encabezaba una ambulancia con las luces encendidas y, detrás, el vehículo que transportaba el cuerpo de Obed. La caravana fue seguida por personal de la institución, familiares y ciudadanos que decidieron acompañarlo en su último recorrido. 

Según versiones no oficiales, Obed se encontraba fuera de turno cuando fue privado de la libertad. Su cuerpo fue localizado horas después, en circunstancias que aún no han sido aclaradas por las autoridades.

En medio del dolor, la Cruz Roja reiteró su solidaridad con la familia del joven y reconoció su entrega al servicio humanitario. Obed era un paramédico con años de trayectoria, querido por su equipo y comprometido con su labor.

En su honor, no hubo discursos largos ni homenajes ostentosos. Solo la fuerza del silencio, las rosas blancas y la promesa tácita de que su memoria permanecerá entre quienes, como él, eligieron salvar vidas.